lunes, 8 de marzo de 2010

¿Papá, qué estás haciendo?

No sé cómo decírtelo. Seguramente crees que lo estás haciendo por mi bien, pero no puedo evitar sentirme raro, molesto, mal. Me regalaste un balón cuando apenas empezaba a andar. Aún no iba a la escuela cuando me apuntaste al equipo. Me gusta entrenar durante toda la semana, bromear con los compañeros y jugar el Domingo como lo hacen los equipos grandes.
Pero cuando vas a los partidos... no sé. Ya no es como antes. Ahora no me das una palmada cuando termina el partido, ni me invitas a un bocata. Vas a la grada pensando que todos son enemigos; insultas a los árbitros, a los entrenadores, a los jugadores, a otros padres...¿Porqué has cambiado?
Creo que sufres y no lo entiendo.Me repites que soy el mejor, que los demás no valen nada a mi lado, que quien diga lo contario se equivoca, que sólo vale ganar. Ese entrenador del que dices que es un inepto es mi amigo, el que me enseñó a divertirme jugando El chaval que el otro día salió en mi puesto, ¿te acuerdas?, sí, hombre, aquel a quien estuviste toda la tarde criticando porque "no sirve ni para llevarte la bolsa" como tú dices. Ese chico está en mi clase. Cuando lo vi el lunes, me dió vergüenza.No quiero decepcionarte. A veces pienso que no tengo la suficiente calidad, que no llegaré a ser profesional y a ganar cientos de millones, como tú quieres.Me agobias. Hasta he pensado en dejarlo; pero me gusta tanto...Papá, por favor, no me obligues a decirte que no quiero que vengas más a verme jugar.

1 comentario:

  1. Muy acertada esta entrada, ya la había visto por algunas instalaciones deportivas.

    Ánimo con el torneo.

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